Alexander Lukashenko ha logrado extender su mandato de 31 años en Belarús, tras ser declarado vencedor en las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo. Según los resultados oficiales publicados el lunes, Lukashenko obtuvo el 86,8% de los votos, en unos comicios que, tanto los opositores exiliados como varios gobiernos internacionales, han calificado de fraudulentos.
A diferencia de las elecciones de 2020, cuando se produjo una competencia más abierta y una significativa presión contra su régimen, en esta ocasión el proceso electoral estuvo marcado por la ausencia de una oposición real. El único rival de Lukashenko fue un candidato que reconoció públicamente que su participación era meramente simbólica, sin intención de disputar el liderazgo del actual presidente.
El resultado ha suscitado críticas desde diversas partes del mundo, que acusan al gobierno de Belarús de manipular el proceso electoral para garantizar la victoria de Lukashenko.